Horarios: Lunes a Viernes - Mañana: 08:00 a 13:00 - Tarde: 15:00 a 20:00 - Calle 25 de Mayo 327

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El Museo Arqueológico Municipal “Tullio Robaudi” cuenta con aproximadamente 2500 piezas compuestas de material cerámico, óseo, lítico, cestería textil, y cuerpos momificados. Este sitio recibe no solo a los visitantes de Tinogasta, sino también a todos aquellos turistas interesados en conocer, cómo fue la vida de los primeros habitantes aborígenes que tuvo nuestra zona.

Por otra parte, el Museo es un lugar importante dado que su función es resguardar y preservar el material arqueológico, además sus piezas forman parte del Patrimonio Cultural, y contribuye a la educación de los jóvenes acercándoles y poniendo a su disposición una fuente de conocimiento histórico.

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Historia

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Tullio Robaudi, originario de Nápoles Italia es traído por sus progenitores a Argentina escapando de los horrores de la Segunda Guerra Mundial.

Nacido en el año 1930, llega a Argentina con solo tres años de edad donde sus padres deciden instalarse en diversas regiones buscando un mejor bienestar. Pasan por Sastre (Santa Fe), su padre se dedica a varias tareas, entre ellas la de fotógrafo y gomero, luego, se asientan en la localidad cordobesa de Jesús María, allí Don Tullio llevaría a cabo la mayor parte de su juventud y descubriría además su pasión por la arqueología.

Aproximadamente a los 16 años ya llevaba a cabo expediciones buscando restos paleontológicos en los campos de Córdoba, un día encontró piezas óseas que se unían entre sí y formaban una especie de tubo y estaban labrados, esto le llamó poderosamente la atención decidiendo llevar, el mismo, a la Universidad Nacional de Córdoba para su estudio, los cuales indicaron que se trataba de un inhalador de parica (utensilio usado para aspirar alucinógenos), pieza que puede apreciarse actualmente en dicho museo.

Posteriormente a ello y ya con diversos estudios en la materia, conoce a la que sería su primera esposa, Doña Norma Yamety de Robaudi, quien se encontraba en Córdoba por diversas circunstancias, ella fue la que en diversas ocasiones comentó a Don Tullio que en su lugar natal se encontraban numerosos restos arqueológicos.

Tras su casamiento, el matrimonio Robaudi se dedicó a llevar a cabo expediciones en diversas zonas del Departamento Tinogasta, más que todo centrando su atención en los denominados Campos de la Troya con el fin de evitar la fuga arqueológica desarrollada a través de la acción depredadora de un cura párroco de la Localidad de San Isidro (Córdoba), quien en camiones cargaba numerosas piezas y se las llevaba sin que nadie dijera nada.

Es así, que desde el año 1960 en adelante este matrimonio logró recaudar una gran cantidad de restos de las sociedades pasadas de Tinogasta que iban desde material lítico (morteros y raspadores), hasta restos óseos, cerámicos, textiles y posteriormente recibieron la donación de un par de momias.

Ya con diverso material, la colección toma forma y por ello deciden instalar un museo privado, el cual exponía los restos a toda la población y turistas sin costo alguno, oportunidad que aprovechaban para manifestar y enseñar a las demás personas y en especial a los estudiantes su conocimiento.

Doña Norma Yamety de Robaudi es afectada por un cáncer y tras años de su fallecimiento Don Tullio contrae matrimonio con Doña Hilda del Carmen Yapura de Robaudi, del vecino Departamento de Belén, junto a ella toman la decisión de donar la colección a la Municipalidad de Tinogasta, de este modo la misma estaría al resguardo de ese ente y su señora como encargada del museo cuidando de él.

De este modo nace el Museo Arqueológico Municipal “Tullio Robaudi” donado por el matrimonio Robaudi en el año 1982, año del nacimiento del Centro Cultural Municipal creado por la Comisión Municipal de Cultura.

Muestra

La colección Robaudi es expuesta en calle 25 de Mayo 327 (su nueva dirección), en ella se ha dispuesto de una muestra evolutiva de los restos según los diversos periodos prehistóricos a las que corresponde cada pieza en particular. De este modo se encuentran distribuidos el Período Pre cerámico, Período Agro Alfarero Temprano, Medio, Tardío e Incaico. También, vitrinas expositoras para diversos restos y utensilios de uso cotidiano y vitrinas para tres momias.

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Período Pre-Cerámico

Compuestos por restos líticos denominados raspadores, se calcula una antigüedad de entre los 9000 a 1000 años antes de cristo y petroglifos que manifiestan diversas actividades de la vida humana pasada.

Este periodo engloba las denominadas sociedades cazadoras recolectoras, grupos humanos de no más de 15 personas que basaban su vida en la caza de animales (guanacos, vicuñas, aves, etc.), y la recolección de vegetales (algarroba, chañar, tubérculos, etc.). Para desarrollar estas actividades debían desplazarse continuamente y sus utensilios estaban elaborados principalmente en piedra.

La sociedad pre cerámica más antigua del Departamento es la de Ranchillos de aproximadamente el año 2500 a.C. de la localidad de Palo Blanco.

Los restos arqueológicos son indicativos de una vida sedentaria en poblados que se van desarrollando y transformando a través del tiempo. Periodo que se caracteriza por un gran cambio en las sociedades que pasan de ser nómades y se inclinan hacia la vida aldeana, hecho que se fue dando de modo gradual a partir de las innovaciones tecnológicas y más aún tras la domesticación de animales y vegetales. Estas sociedades fueron esencialmente agro pastoriles.

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Período Agro Alfarero Temprano:

En Tinogasta el desarrollo de este período de vida se lleva a cabo durante los años 350 a.C. al 350 d.C. Durante esta época aparecen todos los aspectos de la vida sedentaria en comunidad. Los poblados son estables y se van desarrollando y transformando. Se deja de lado el trasladarse de un lugar al otro con el objetivo de conseguir los alimentos, para situarse en un sitio determinado. Cerca del elemento vital y el agua fue posible desarrollar actividades agro pastoriles, donde la caza se sigue manteniendo, pero esta vez los animales son cercados y usados para diversas acciones, consideradas como domesticación de animales (llamas, guanacos), con los vegetales sucede lo mismo, siendo principalmente de tubérculos (papas), cucurbitáceas (zapallo, calabazas, anco) y cereales (maíz, quínoa).

En el museo se encuentran piezas de culturas como Ciénaga, Cóndor Huasi, aldeas tempranas con un patrón de asentamiento muy complejo que incluyen plataformas y montículos de uso ceremonial. Fueron excelentes alfareros y escultores en piedra.

Los restos arqueológicos son indicativos de una vida sedentaria en poblados que se van desarrollando y transformando a través del tiempo. Este período se caracteriza por un gran cambio en las sociedades que pasan de ser nómades y se inclinan hacia la vida aldeana, hecho que se fue dando de modo gradual a partir de las innovaciones tecnológicas y más aún tras la domesticación de animales y vegetales. Estas sociedades fueron esencialmente agro pastoriles.

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Período Agro Alfarero Medio

Este magnífico período está influenciado por la Cultura Aguada, que se extiende aproximadamente desde el año 600 al 800 d.C.

Cultura que antiguamente era conocida como “Draconiana”, ya que los motivos que manifiestan sus piezas parecen ser dragones, pero posteriormente se constató que se trataba de figuras felínicas.

Este período dejó numerosos restos que pueden encontrarse a lo largo del departamento, y es considerada la cultura de mayor desarrollo en todo el noroeste, desplegándose geográficamente por casi toda la provincia. De economía insipientemente agrícola, la cerámica presenta una gran calidad y riqueza iconográfica en la que la figura felínica constituye una verdadera obsesión.

El uso del bronce se ha manifestado satisfactoriamente, al igual que el uso de sustancias psicoactivas de pequeños grupos de elite.

En este período se caracteriza la denominada cultura “Aguada”. Esta cultura tuvo una amplia dispersión geográfica, ocupando en la Provincia de Catamarca diversos ambientes, por lo que se infiere un cierto grado de integración a nivel regional. Característica principal de esta cultura es el gran simbolismo asociado a las representaciones felínicas tan características de esta época. También existió un amplio desarrollo de la metalurgia, principalmente del bronce.

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Período Agro Alfarero Tardío

Representa una diferenciación cultural a nivel regional, es por ello que puede encontrarse en los campos tinogasteños restos de la cultura Belén, pero no así de culturas como Santa María y Hualfín.

Su extensión periódica va aproximadamente desde los años 800 al 1480 d.C., cultura principalmente agropastoril basado en el almacenamiento de alimentos. Para esta época los poblados son verdaderos centros semiurbanos ubicados en lugares estratégicos, generalmente en la parte alta de la región o al pie de algún cerro, en algunos casos fueron verdaderas fortificaciones (los denominados pucarás).

La cerámica no está tan desarrollada como en el período anterior, pero no obstante sus urnas funerarias son excepcionales. En el aspecto socio político un poblado podía constituir un señorío que ejerciera el poder sobre uno o varios valles, lo que no fue obstáculo para aliarse o confederarse para defenderse ante la Conquista Española.

La economía de estas culturas fue principalmente agro pastoril, existiendo una tendencia hacia la práctica del almacenamiento de productos agrícolas. Para esta época, los poblados se hacen más grandes y complejos, llegándose a construir verdaderos centros semi urbanos, la mayoría de los cuales están ubicados en lugares estratégicos, generalmente en la parte alta o al pie de algún cerro, constituyendo en algunos casos, verdaderas aldeas fortificadas.

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Periodo Incaico

Los incas se asientan en los campos tinogasteños aproximadamente desde el año 1480 hasta el año 1530 d.C.

Su actividad en estos campos fue más que todo extender su territorio conocido como Collasuyu (Región del Tawantisuyu) para poder apropiarse de las riquezas existentes en estas latitudes.

Su acción principal consistía en convertir el poblado de Watungasta en un centro productor de alfarería en masa; el aprovechamiento de la arcilla circundante y de la calidad de los alfareros locales, llevó a que la alfarería local sea encontrada en diversas zonas del Imperio Incaico.

El contacto constante a través del Capagñan (camino del inca), hizo posible que los incas usen y conviertan poblados como el de Watungasta y el Shincal en centros administrativos muy importantes al igual que la construcción de diversos santuarios de altura.

La religión fue tan importante como el desarrollo del dominio económico, aprovechando la existencia de sociedades estructuradas en términos macro religiosos, que no habían constituido ellos sino que ya existían en los andes y que los incas captaron y explotaron muy bien para lograr establecer sus nexos y acuerdos políticos en pos de la dominación económica.

Este período se caracteriza por la desestructuración y destrucción del modo de vida de las poblaciones autóctonas locales a través de las denominadas Guerras Calchaquíes, donde los españoles aniquilaron y expatriaron a los naturales de la zona para despojarlos de sus tierras y riquezas. La ciudad aborigen de Watungasta tenía entre 5.000 y 10.000 habitantes hacia el año 1500. Cuando se produce la demarcación del pueblo indio de Tinogasta en el año 1713 solo quedaron entre 17 y 37 nativos.

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MOMIAS

Momias de la Falda

El Museo tiene dentro de su colección los cuerpos momificados de dos momias con una fecha de muerte que data aproximadamente del año 1300, según el estudio de radio carbono 14 que se les efectuó.

Los cuerpos de un niño de alrededor de un año y un adulto masculino de aproximadamente cuarenta y cinco años, fueron encontrados en la localidad de La Falda del Puesto en el año 1960, por un muchacho de unos 15 años que estaba cuidando un rebaño de cabras.

La historia cuenta que el muchacho de nombre Dionisio Alaníz, vio que el animal tenía atascada una de sus patas en la tierra y que al ver que no podía librarse decidió ayudarla, al hacerlo se dio cuenta de que caían piedras por lo que decidió cavar para ver que había en la tierra y encontró una especie de ataúd de madera de algarrobo y chañar atado con totora.

El joven junto a su familia y algunos vecinos abrieron el ataúd y encontraron dos cuerpos ubicados del mismo modo en que están actualmente en el Museo Municipal.

Luego los mantuvieron por un tiempo en esa localidad y posteriormente pasaron de dependencia en dependencia (policía, escuelas) hasta que fueron donados al museo, desde ese momento y ya con una vitrina para su contención, pudieron realizárseles diversos estudios, entre ellos el de Radio Carbono 14 efectuado por la Universidad de la Plata.

Las posibles circunstancias de sus muertes, ofrendas y faltantes de vestimentas e incluso el origen del adulto, dan hoy en día origen a diversas conversaciones que despiertan enigmas.

Momias de la Troya

En el año 1980, el Profesor de Geografía, Adolfo Díaz, junto a otras personas se encontraban caminando por los denominados Campos de la Troya, distantes a unos 25 Km al Norte de la cabecera Departamental. Campos que fueron nombrados de ese modo por los antiguos cronistas españoles, que lo titularon de ese modo tras la cruenta batalla y derramamiento de sangre en los campos de la ciudad aborigen de Watungasta, acción que para ellos era similar a la de la Troya Helénica.

Tras algunas horas recorriendo la zona encontraron un círculo de piedras que llamó poderosamente su atención, por lo que comenzaron a cavar y en su interior, para su sorpresa había un cuerpo momificado. El mismo pertenecía a una mujer y yacía en el interior de ese círculo de piedras, estaba cubierto de tierra sin portar ajuar alguno y solo pudieron hallar entre sus restos de vestimenta, una espina de chañar (posiblemente usada como aguja o punzón), algunas piezas dentarias y semillas de zapallo (lo que confirma su sexo).

Según los estilos de enterratorios de los antiguos diaguitas, el de esta momia corresponde a un tipo de entierro de una clase social baja, ya que la misma no estaba dentro de una tipa o urna funeraria, lo que hace suponer que al momento de su muerte fue enterrada en ese mismo lugar.